Me
gusta abrir los ojos cuando me besas.
Para
ver la cara de tonta que se te pone.
Pero
qué tonta más preciosa.
Me
gusta abrir los ojos cuando me besas.
Porque
entonces, me doy cuenta de que tus labios y los míos
encajan
perfectamente juntos.
Me
gusta que tú tengas los ojos cerrados.
Yo
antes los cerraba, se siente más profundo.
Y
a mí me gusta verte sentir.
Me
gusta que cierres los ojos cuando me besas.
Pero
¿Sabes qué es lo que más me gusta?
Cuando
me besas.