En mi clase hay 27 alumnos.
Una se llama Laura, otro Carlos,
otro Martín.
No todos tienen sueños, algunos son dueños ya de la tristeza.
En mi clase hay una niña demasiado inquieta,
un chaval demasiado blando
una clase demasiado grande.
Hay 27 corazones en mi clase.
Unos están creciendo, otros se rompen
yo los veo desde lo lejos y no puedo
hacer nada.
Una tiene hipotensión, otra miopía,
otro ha crecido demasiado rápido y no entiende el mundo.
Cómo decirles
que el mundo no hay que entenderlo,
hay que cuidarlo
hay que cuidarse.
Cómo explicarles que lo herido no está roto que la herida a veces no se cierra.
Yo los miro y pienso 27 historias
que no son mías.
Yo los veo y siento 27 veces y no entienden
que amor no significa otro que a veces no significa nada
que a ratos significa todo.
En mi clase hay 27 historias que nunca podré contar.
Uno se llama Sergio, otra Claudia, otra Inés.
Yo los miro y asiento, y me siento, por fin, en mi lugar.
Quiero seguir leyendo,
prometo estar atenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario